Cada 11 de febrero celebramos el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia con el objetivo de promover el interés, la presencia y el desarrollo de las niñas y las mujeres en los campos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés).

Las disciplinas STEM son de vital importancia para el progreso económico y el desarrollo sostenible de los países. Constituyen la base de la innovación, de la transformación de las sociedades y de la creación de los empleos del futuro. Dejar fuera a las mujeres es sencillamente un acto de irresponsabilidad, además de suponer una enorme pérdida para todo el mundo.

En su informe del 2019 Descifrar el código: la educación de las niñas y las mujeres en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM), la UNESCO arroja los siguientes datos como ejemplos de la desigualdad existente entre hombres y mujeres:

  • Solo el 35 % de quienes estudian carreras STEM son mujeres.
  • Solo el 28% de todos las personas investigadoras en el mundo son mujeres.
  • Solo 17 mujeres han ganado el Premio Nobel de física, química o medicina desde que Marie Curie lo obtuvo en 1903, en comparación con 572 hombres.

Para cambiar esta preocupante dinámica es necesario eliminar los prejuicios de género asociados a las disciplinas STEM (creer y transmitir que son de dominio masculino) así como reconocer a las mujeres que destacan en estos campos y visibilizar sus logros, con el fin de que supongan un referente y una fuente de inspiración para las futuras generaciones. También es necesario motivar a las niñas a que tomen consciencia de sus capacidades y desarrollen todo su potencial. Cuanto antes empecemos, mejor, pues como se indica en el informe, las diferencias de género y la pérdida de interés empiezan muy tempranamente.


La ilustración de portada pertenece a Isabel Ruiz Ruiz, una autora e ilustradora de obras centradas en dar visibilidad a la mujer.